viernes, 10 de septiembre de 2010

CUANDO APRETA EL CINTURON ¿DEBEMOS ARROPARNOS HASTA DONDE LLEGA LA COBIJA?

Una de las sentencias, para mi muy triste, del venezolano común es: “hay que arroparse hasta donde llega la cobija”. Metáfora utilizada para indicar que hay que reducir los gastos hasta que lo permitan los ingresos. Digo que es muy triste porque esta es la bandera más izada por los conformistas, por los que le tienen pánico a lo que vendrá. Esta, es solo equiparable con la de “vale más pájaro en mano, que ciento volando”.

Sin negar que hay que reducir los gastos, tema que se tocará en otro artículo Siempre le pregunto a estos conformistas ¿Por qué, no tratan de buscar una cobija más grande. Muchos dicen que es una locura, que esto es dejar al azar el futuro. ¿Qué pasa si no consigo una cobija más grande? ¿Qué sucede si la nueva cobija es solo temporal?, esta son algunas de las dudas clásicas que a uno siempre le peguntan. Pero como lo igual no es trampa, a su vez les pregunto ¿y, si la cobija nueva es lo suficientemente grande para arroparlos por muchos años? ¿y, si es para siempre?.

En vedad ningunas de estas preguntas pueden ser contestadas sin el riesgo de equivocarse. Lo que si no se puede negar que la cobija nueva no le va a llegar por si sola, hay que ir a comprarla, ya sea con módicos abonos o al contado.

¡Ni se le ocurra vender o botar la cobija vieja todavía!, uno puede ir buscando la nueva mientras sigue usando la otra. Más claro, uno puede seguir laborando en su trabajo actual e ir buscando una nueva actividad que le genere unos mayores ingresos. ¿no es el caso de miles estudiantes venezolanos que estudian de noche y trabajan de día con la esperanza de graduarse y tener un mejor trabajo en el futuro?. No es fácil, todos sabemos que nada es fácil en esta vida. Y mientras más se trabaje en adquirir esa nueva cobija, más grande será esta. Peor es quedarse en casa lamentándose y quedándose con la duda de si hubieran podido arroparse con una más grande. Como muchas cosas, esa nueva hay que pagarla a plazos, formándonos constantemente, siempre debemos crecer, siempre hay que tratar de buscar una cobija más grande. La finalidad es la de buscar que todos los miembros de la familia puedan tener la suya.

Los más perspicaces se habrán dado cuenta, una cobija nueva nunca se podrá adquirir al contado, puede ser que no las regalen, pero lo normal es que la adquirimos poco a poco, cuota a cuota. Sin embargo, lo más importante, lo crucial, es tomar la decisión de adquirirla y de comenzar de inmediato a pagar las cuotas, formándose, leyendo, estudiando. Cuando ya nos queda apretado el cinturón o queda pequeña cobija, es hora de buscar unos nuevos. Ya vimos la forma de buscarlo a través de un ascenso, la próxima semana analizaremos lo referente al “emprendimiento”

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