Eco. Iván Lozano Flores
Hace algún tiempo cuando trabajaba en el área de negocios de una Entidad Financiera, presenté a la Unidad de Riesgos una solicitud de tarjeta de crédito para capital de trabajo de un cliente, que fue rechazada y ante mi persistencia aprobada, pero por un monto tan reducido, que fue imposible su emisión, por ser menor al importe mínimo del producto. En resumen, fue literalmente denegada, pero de una manera más sutil.
El argumento que recibí por la Jefatura de Riesgos de ese entonces fue que “no podía otorgársele mayor monto, porque eso era lo que valía la empresa”.
¿Y cuánto vale la empresa?, pregunté.
“El monto de su capital social”, recibí por contestación.
Siguiendo la misma lógica, pregunté: ¿y por que no el patrimonio?.
“Por qué las utilidades acumuladas se pueden retirar en cualquier momento?”, añadió.
Ante tan desatinada argumentación, no pude contenerme y repliqué: El valor de una empresa no es el capital social, ni el patrimonio neto, es el valor presente de los flujos de caja libres, descontados a la tasa del costo de capital promedio ponderado, en un periodo de valoración.
“Bueno, Iván, ese es tú punto de punto”, concluyó.
La anécdota anterior la traigo a colación porque muchos empresarios e, incluso, personas vinculadas a las Entidades de Crédito desconocen cómo se determina el valor de una empresa, lo cual genera perjuicios económicos y pérdida de oportunidades de negocios, que pudieran evitarse.
Para determinar el valor de una empresa es necesario el cálculo de las siguientes variables:
1. Los Flujos de Caja Libres o Free Cash Flow (FCF),
2. El Costo de Capital Promedio Ponderado o Weighted Average Cost of Capital (WACC), y
3. El Período de valoración (horizonte de evaluación).
1. Los Flujos de Caja Libres
Son el resultado de restar del EBITDA (Utilidad Operativa – Impuestos + Depreciación y otros cargos que no son efectivo), las inversiones en Activos Fijos (Cambios en el Activo Fijo + Depreciación) y los Activos Corrientes Netos (Cambios en el Activo Corriente – Pasivos Corrientes); y representan la cantidad de efectivo disponible, año a año, para los acreedores y propietarios de la empresa, después del cumplir con el pago de todas las necesidades operativas, inversiones en activos fijos y activos corrientes del negocio. Estos FCC deberán llevarse al Valor Presente, descontados con el WACC y su sumatoria determinará el Valor de la empresa.
2. El Costo de Capital Promedio Ponderado
En cuanto al WACC, es la sumatoria de la multiplicación del costo específico de cada forma de financiamiento por su proporción en la estructura de capital de la empresa.
Las formas de financiamiento usualmente son las deudas con bancos, acciones y utilidades retenidas. El costo de financiamiento de las acciones y utilidades retenidas estará dada por el Modelo de Valuación de Activos de Capital (CAPM); mientras que el costo de la deuda con bancos será el Tasa de Costo Efectivo Anual (TCEA), a la cual deberá deducirse el efecto del pago de impuestos.
Respecto a la ponderación, usualmente se utiliza la proporción que tiene cada cada tipo de financiamiento en la estructura financiera de la empresa.
3. El Período de valoración
Finalmente, el horizonte de evaluación, dependerá del tipo de negocio.
Finalmente, volviendo al caso de la evaluación de la tarjeta de crédito de capital de trabajo, la evaluación crediticia no debió haberse centrado en el valor de la empresa, sino en su capacidad de pago, a través del análisis de la liquidez del negocio.
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