Se ha hecho costumbre llamar a la persona que inicia una pequeña empresa o negocio como “microempresario”. En lo personal considero como inadecuado esa terminología dado que: a) como sabemos el prefijo micro, el cual es un término tomado de la física, se utiliza para destacar lo muy pequeño.. Se entiende que una empresa puede ser pequeña, en operaciones, en capital invertido o en número de trabajadores, pero es incomprensible que se hable de una persona como micro, una persona es una persona y punto. Y uno es empresario o no; b) Psicológicamente el término microempresario es denigrante, discriminatorio. despectivo, baja la autoestima, empobrece las aspiraciones y limita las posibilidades.
Tomando prestadas las palabras del consultor colombiano, Ivan Mazo Mejía “a mucho de los mal llamados microempresarios, como consecuencias de creerse micro, se vuelven víctimas de una carencia de mentalidad empresarial. Un verdadero empresario jamás se siente pequeño porque, independientemente de que se tenga una infraestructura de poco monto, lo que si tienen es una proyección mental contundente de gran alcance. Otro vacío es que muchos no diferencian lo que significa tener un negocio de lo que significa tener una empresa. Estudian poco, no investigan, planean para el día e improvisan constantemente desde las circunstancias que se van presentando. A uno le parece que están más en la lucha por la sobrevivencia que en la búsqueda de una sólida prosperidad empresarial. Definitivamente, el empresario empieza por una mentalidad de alto vuelo y que por ninguna razón permite que se le minimice”.
Una Institución Financiera venezolana, utiliza el término “empresario popular”, pero igualmente al usar el término popular limita su campo de acción ¿Qué se entiende como popular? ¿Qué provienen de sectores humildes? ¿Qué su mercado meta es de bajos recursos?, en verdad no lo se bien. Al realizar una pequeña consulta entre mis conocidos, la expresión no fue bien recibido, ya que era asociado únicamente a los llamados buhoneros, cuando ellos son solo parte de la población a que nos estamos refiriendo.
Ser empresario es una actividad que debe ennoblecer a la persona, todo aquel que inicia una empresa por muy pequeña que sea debe sentirse orgullosa de su labor y su visión debe ampliarse a todas sus posibilidades de crecimiento y desarrollo. Debe ser origen y catalizador de un empresariado moderno que contribuya al engrandecimiento del país.
En Venezuela nos hemos limitado básicamente a prestarle servicios crediticios, cuando el verdadero problema, la verdadera causa del fracaso de cientos de empresa es la falta de preparación, la falta de conocimientos técnico gerenciales que les permita llevar una gestión exitosa. Por lo tanto es necesario crear programas educativos que permitan el crecimiento de los nuevos emprendedores, de tal manera que se tenga un grupo de empresarios que estén desarrollando sus habilidades. Deberíamos estar hablando de empresarios en plena evolución. Por tal motivo, el término que deberíamos usar es el de empresarios en desarrollo.