Todo emprendedor inicia la puesta en marcha de su idea con mucho entusiasmo e ilusión, pero a medida que pasa el tiempo surgen una serie de obstáculos que le impiden alcanzar el éxito deseado. Los consultores venezolanos: Leo Alcalá y Eduardo Martí han identificado 4 de estos grandes obstáculos que frenan el desarrollo de la empresa que nace. Estos frenos son: La falta de foco, la falta de aguante, la falta de resultados y la falta de apoyo.
La falta de enfoque es consecuencia de no tener un objetivo claro de lo que se quiere. Muchos emprendedores tratan de iniciar varios proyectos en paralelo o inician uno sólo pero sin poseer ninguna planificación del proyecto. Esto es consecuencia de no tener la mentalidad adecuada que debe tener todo emprendedor. Esta situación produce una dispersión de recursos, malos cálculos del flujo de efectivo y una subestimación de las necesidades de financiamiento, etc. Por lo tanto, unos de los principales aspectos a tener en cuenta al iniciar un negocio es fijar los objetivos que se quieren y realizar un buen plan de negocios.
Emprender significa perseverar hasta lograr el éxito deseado, pero muchos no están preparados mental o físicamente para este proceso, tienen falta de aguante. La carrera hacia el logro de nuestros sueños, es una de fondo, de largas distancias no una de velocidad. Por lo tanto todo emprendedor debe tener las condiciones mentales y físicas necesarias para participar en esta marcha hacia el éxito.
La falta de resultados es lo más desmoralizante que hay, uno lucha y lucha y no se ven los beneficios tan anhelados, Aquí repito lo anterior, esta es una carrera de largo fondo. Una amiga consultora me manifestaba hace pocos días que después de tres años de lucha por fin le esta viendo el queso a la arepa, como decimos los venezolanos. Sin embargo podemos lograr algunos resultados buscando aumentar nuestra productividad a través de cambios en nuestra metodología de trabajo, utilización de nuevas técnicas de manejo del tiempo, utilización de nuevas tecnologías, etc. Aquí juega papel de mucha importancia nuestro compromiso como emprendedor de estar siempre creciendo, preparándonos, estudiando.
Por último la falta de apoyo. Aquí hay que diferenciar dos tipos de apoyo: la laboral y la familiar. La primera se refiere a la falta del personal adecuado que nos permita formar un sólido equipo de trabajo. Se debe estar conciente de que uno no puede hacerlo todo, necesitamos tener a nuestro lado personas que sean excelentes en su especialidad y que compartan nuestro sueño. Sin ese equipo, las posibilidades de éxito son remotas. Muchos dirán que al comienzo en muchas iniciativas no hace falta un equipo. Es verdad, pero si uno es un emprendedor tiene previsto que la empresa crezca y en la medida que lo haga las operaciones se volverán cada vez más complejas obligándolo a buscar personal. En cuanto al apoyo familiar es vital incluso en los casos de falta de aguante y falta de resultados. La presión que puede haber en el hogar para la obtención de los recursos monetarios, la incomprensión por los fracasos temporales pueden ser agobiantes, al punto tal de que dejemos nuestra iniciativa para buscar un “ingreso más seguro”. Napoleón Hill, referencia obligada cuando se habla del éxito, relata en uno de sus libros res: “La persona que trabaja en lo que más le gusta no siempre tiene el apoyo de sus amigos y parientes más cercanos en su elección (…) por lo general, los principales obstáculos que surgen en el camino cuando uno se dedica a lo que más le gusta es que es posible que inicialmente no sea el trabajo que le dé la mayor remuneración. (…) la oposición más embarazosa a mi elección del trabajo para esta vida, y se podría decir, sin intención de ser poco respetuoso, que la más desastrosa, provino de mi mujer”. Entonces, la presencia o falta de apoyo de la familia puede ser causa del fracaso o éxito del proyecto.
Estos cuatro frenos pueden ser superados, sino podemos hacerlo personalmente, debemos solicitar ayuda externa como sería la de un Coach empresarial o personal si fuera el caso. Todo emprendedor esta comprometido a construir su sueño, por lo tanto es su deber salvar todos los obstáculos, Conocerlos, ya es el primer paso, vencerlos, el siguiente.
Hoy les traigo una parte del exclente libro de Napoleón Hill. "Las Leyes del Éxito". Libro pionero en el estudio del éxito. Tu ejercito permanente es una especie de síntesis de todas las enseñanzas que que Hill nos presenta en forma de un curso. Espero que sea de gran interés y les anime a leer todo el libro, el cual, aunque fue escrito hace muchos años, todavía sus enseñanzas tienen plena vigencia para todos aquellos que quieran alcanzae el éxito.
(Estos quince soldados son: CLARO OBJETIVO PRINCIPAL, SEGURIDAD EN UNO MISMO, HABITO DE AHORRAR, IMAGINACIÓN, INICIATIVA YUDERAZGO, ENTUSIASMO, AUTOCONTROL, HACER MAs QUE AQUELLO PARA LO QUE TE PAGAN, PERSONAUDAD AGRADABLE, PENSAMIENTO CORRECTO, CONCENTRACIÓN, COOPERACIÓN, FRACASO, TOLERANCIA Y LA REGLA DE ORO).
El poder proviene del esfuerzo organizado. En la ilustración de arriba puedes ver las fuerzas que intervienen en el esfuerzo organizado. Domina estas quince fuerzas y podrás tener cualquier cosa que desees en la vida, y los demás no podrán destruir tus planes. Haz tuyas estas quince fuerzas y serás un pensador correcto. En la imagen que aparece en la parte superior de esta página se puede ver al ejército más poderoso que hay sobre la Tierra. Observa que el énfasis está puesto en la palabra PODEROSO.
Este ejército está firme, listo para hacer lo que cualquier persona le ordene. Es tu ejército, si te haces cargo de él. Te dará el poder suficiente para acabar con cualquier oposición con la que te encuentres.
Estudia la ilustración detenidamente, haz inventario de ti mismo y averigua a cuántos de estos soldados necesitas.
Si eres una persona normal, anhelas el éxito material. El éxito y el PODER siempre van unidos. No puedes asegurarte el éxito a menos que tengas poder, y no puedes tener poder a menos que lo desarrolles mediante estas quince cualidades esenciales.
Cada una de estas quince cualidades podrían compararse con el comandante de un regimiento de soldados. Desarróllalas en tu propia mente y tendrás poder. El más importante de los comandantes de este ejército es el claro objetivo.
Sin la ayuda de un claro objetivo, el resto del ejército no te serviría. Averigua lo antes posible cuál será tu objetivo principal en la vida. Hasta que lo hayas hecho no serás más que un vagabundo, susceptible de ser controlado por cada viento de las circunstancias que sople en dirección a ti.
Millones de personas van por la vida sin saber lo que quieren. Todos tenemos un objetivo, pero sólo dos de cada cien tienen un objetivo claro. Antes de decidir si tu objetivo es claro, o si no lo es, busca el significado de la palabra en el diccionario.
¡Nada es 'imposible para la persona que sabe lo que quiere y está decidida a conseguirlo! Colón tenía un claro objetivo y éste se hizo realidad. El principal claro objetivo de Lincoln era liberar a los esclavos negros del sur y lo convirtió en una realidad. El principal objetivo de Roosevelt, durante su primer mandato, era construir el canal de Panamá, y vivió para verlo hecho realidad. El claro objetivo de Henry Ford era fabricar el automóvil con el precio más popular del mundo. Dicho objetivo, respaldado persistentemente, lo convirtió en el hombre más poderoso sobre la planeta. El claro objetivo de Burbank era mejorar la vida de las plantas, y ya ha hecho posible que en dieciséis kilómetros cuadrados de tierra se produzca lo suficiente para alimentar al mundo entero.
Hace veinte años, Edwin C. Barnes formó un claro objetivo en su mente, que era convertirse en socio de Thomas A. Edison en los negocios. Cuando eligió este objetivo, el señor Barnes no tenía ninguna cualificación que le diera derecho a asociarse con el inventor más grande del mundo. A pesar de esta desventaja, se convirtió en socio del gran Edison. En t 923 se retiró de la actividad empresarial con más dinero del que necesita o puede gastar: una riqueza que acumuló en su asociación con Edison. ¡Nada es imposible para la persona que tiene un claro objetivo!
Las oportunidades, el capital, la cooperación de otras personas y todos los demás factores esenciales para el éxito, ¡gravitan hacia la persona que sabe lo que quiere! Vitaliza tu mente con un claro objetivo, y ésta se convertirá inmediatamente en un imán que atraerá todo aquello que armonice con ese objetivo. James J. Hill , el gran constructor de ferrocarriles, era un operador de telégrafo mal pagado. Además, ya había llegado a la edad de cuarenta años y seguía dándole a la tecla del telégrafo sin ninguna apariencia exterior de éxito. ¡Entonces ocurrió algo importante! Importante para Hill y para el pueblo de Estados Unidos. HiU creó el claro objetivo de construir un ferrocarril que atravesara el inmenso desierto del Oeste. Sin tener una reputación, un capital o el apoyo de otras personas, James J. HiU consiguió el dinero y construyó el mayor sistema ferroviario del país.
Woolworth era un dependiente mal pagado en una tienda. En el ojo de su mente, vio una cadena de tiendas de novedades especializadas en artículos de cinco y diez centavos. Esa cadena de tiendas se convirtió en su claro objetivo. Lo hizo realidad y le hizo ganar más millones de los que podía llegar a gastar.
Cyrus H. K. Curtis eligió como su claro objetivo la publicación de la mejor revista del mundo. Empezando sin tener nada, excepto el nombre de Saturday Evening Post, y con la oposición de amigos y consejeros que le decían que «eso no se podía hacer», convirtió su objetivo
en una realidad.
Martín W Littleton llegó a ser el abogado mejor pagado del mundo y no aceptaba ningún anticipo menor de 50.000 dólares. Con doce años,jamás había entrado en una escuela. Fue a ver a un abogado defender a un asesino. Aquel discurso le impresionó de tal manera que tiró fuertemente de la mano de su padre y le dijo: «Algún día seré el mejor abogado de Estados Unidos y haré discursos como los de ese hombre». «Qué suerte para un joven ignorante de las montañas, haberse convertido en un gran abogado», dirían algunos, pero recuerda que nada
es imposible para la persona que sabe lo que quiere y está decidida a conseguirlo.
Estudia a cada uno de los quince soldados que aparecen al mando del ejército en la ilustración que está al principio de este apartado. Al contemplar la imagen, recuerda que ninguno de ellos tiene el poder suficiente para asegurar el éxito. Elimina a cualquiera de ellos y todo el ejército se verá debilitado.
La persona poderosa es aquella que ha desarrollado, en su propia mente, las quince cualidades representadas por los quince comandantes que aparecen en la ilustración. Para lograr tener poder, debes tener un claro objetivo, debes tener una seguridad en ti mismo que lo respalde, debes tener iniciativa y liderazgo para ejercitar tu seguridad en ti mismo, debes tener imaginación para crear tu claro objetivo y para diseñar los planes con los que lo convertirás en realidad y los llevarás a la acción. Debes mezclar entusiasmo con la acción, pues de lo contrario ésta será insípida y carente de «emoción». Debes .ejercitar el autocontrol. Debes adquirir el hábito de hacer más que aquello para lo que te pagan. Debes cultivar una personalidad agradable. Debes adquirir el hábito de ahorrar. Debes convertirte en un pensador correcto recordando que, al desarrollar esta cualidad, ese pensamiento correcto se basará en hechos y no en lo que han dicho otras personas, ni en la mera información. Debes adquirir el hábito de la concentración, poniendo atención exclusivamente en una tarea a la vez. Debes adquirir el hábito de la cooperación y practicarla en todo tus planes. Debes beneficiarte del fracaso: tanto del tuyo como del de los demás. Debes cultivar el hábito de la tolerancia. Y por último (y no por ello menos importante), debes hacer que la regla de oro sea la base de todo lo que hagas que afecte a otras personas.
Pon esta ilustración en algún lugar donde puedas verla todos los días y llama a esos quince soldados, uno a uno, para que salgan de la fila, y luego estúdialos. Asegúrate de que el equivalente de cada uno de ellos se desarrolle en tu propia mente. iTodos los ejércitos eficientes son muy disciplinados! El ejército que estás creando en tu propia mente también debe serlo. Tiene que obedecer tus órdenes a cada paso. Cuando llames fuera de fila al soldado decimotercero, el «FRACASO», recuerda que nada hará tanto por desarrollar la disciplina como el fracaso y la derrota temporal. Mientras estás comparándote con este soldado, determina si te has estado beneficiando de tus propios fracasos y derrotas temporales.
En un momento u otro, el fracaso nos llega a todos. Cuando te llegue, asegúrate de aprender algo valioso de su visita. Ten por seguro, además, que no te visitaría si no hubiera lugar para él en tu forma de ser. Para comenzar a progresar en este mundo debes apoyarte únicamente en las fuerzas que están dentro de tu propia mente. Una vez que has comenzado, debes recurrir a otras personas en busca de asistencia, pero el primer paso debes darlo sin ayuda exterior. Cuando hayas hecho este «inicio» , te sorprenderás al ver cuántas personas encuentras que se ofrecen a ayudarte de buena gana.
El éxito está formado por muchos hechos y factores, principalmente por las quince cualidades representadas por estos quince soldados. Para disfrutar de un éxito bien equilibrado y completo, uno debe apropiarse de tanto o de tan poco de esas quince cualidades como le falte
en sus propias habilidades heredadas.
Cuando llegaste a este mundo estabas dotado de ciertas características innatas, resultado de millones de años de cambios evolutivos, a través de miles de generaciones de antepasados. Además de estas características innatas, adquiriste muchas otras cualidades de acuerdo con la
naturaleza de tu entorno y las enseñanzas que recibiste durante los primeros años de tu infancia. Eres la suma total de lo que nació en ti y lo que obtuviste de tus experiencias, de lo que has pensado y de lo que te han enseñado desde tu nacimiento. Por la ley de las oportunidades, una persona en un millón recibirá, por herencia innata y por los conocimientos
adquiridos después de nacer, las quince cualidades representadas en la ilustración. Las que no han tenido la fortuna de haber adquirido los factores esenciales para el éxito deben desarrollarlos en su interior.
El primer paso en este proceso de «desarrollo» es darte cuenta de qué cualidades faltan en el equipamiento que has adquirido de una forma natural. El segundo paso es tener un deseo profundamente arraigado de desarrollar el aspecto en que ahora eres deficiente. La oración funciona en algunas ocasiones, pero en otras no. Siempre funciona cuando está respaldada por una FE incondicional. Ésta es una verdad que nadie puede negar pero, sin embargo, también es una verdad que nadie puede explicar. Lo único que sabemos es que la oración funciona cuando creemos que funcionará. La oración sin FE no es nada más que una serie de palabras vacías.
Un claro objetivo puede convertirse en realidad únicamente si uno cree que eso puede ocurrir. Quizá la misma ley que convierte en realidada la oración basada en la fe convierte también en realidad el claro objetivo que está fundado en la convicción. No te hará ningún daño hacer que tu claro objetivo sea el objeto de tu oración diaria. Y cuando reces, recuerda que la oración que se basa en la fe siempre funciona.
Desarrolla en tu propia mente estas quince cualidades, desde el claro propósito hasta la regla de oro, y descubrirás que la aplicación de la fe no es difícil. Haz inventarió de ti mismo. Averigua cuántas de esas quince cualidades posees actualmente. Añade a este inventario las cualidades que te faltan, hasta que las tengas todas en tu mente. Entonces estarás preparado para medir tu éxito en los términos que tú desees.
Las cualidades representadas por los quince soldados que aparecen en la ilustración son los ladrillos, el mortero y el material de construcción con los que construirás tu TEMPLO DEL ÉXITO. Domina esas quince cualidades y podrás tocar una perfecta sinfonía del éxito en cualquier cosa que hagas, del mismo modo que alguien que ha dominado los fundamentos de la música puede tocar cualquier pieza que tenga a la vista.
Haz tuyas esas quince cualidades y serás una persona cultivada, porque tendrás la capacidad de conseguir cualquier cosa que desees en la vida sin vulnerar los derechos de los demás.
LA REGLA DE ORO
Trata a los demás como te
gustaría que te trataran a ti
Napoleón Hill nació entre pobreza en una cabina de 2 habitaciones en un pueblo de Virginia que se llamaba ‘Pound’ en Wise County. Cuando tenía solo 10 años se murió su madre. Su padre volvió a casarse a los 2 años. Napoleon Hill era un niño problemático que parecía estar en camino a un mal final, hasta que su madrastra le dio una máquina de escribir y le animó a usarla.
A los 13 años empezó a escribir como periodista para pequeños periódicos de los pueblos alrededor. Con sus ganancias se matriculó para estudiar derecho, pero tuvo que retirarse por motivos económicos.En 1908 fue enviado a entrevistar Andrew Carnegie, quien en ese momento era uno de los hombres más ricos del mundo. Carnegie pensó que el proceso del éxito se podría implementar en una formula y ser utilizada por cualquier persona para obtener éxito. Napoleón impresionó a Carnegie y le encargó entrevistar a más de 500 personas exitosas, la mayoría millonarios, para descubrir y publicar esta formula del éxito.
A continuación Hill entrevistó a Thomas Edison, Alexander Graham Bell, George Eastman, Henry Ford, Elmer Gates, John D. Rockefeller, Charles M. Schwab, F.W. Woolworth, William Wrigley Jr., John Wanamaker, William Jennings Bryan, Theodore Roosevelt, William H. Taft, Woodrow Wilson, Charles Allen Ward y Jennings Randolph entre otros, en un proyecto que duró más de 20 años. Durante este tiempo Hill se convirtió en consultante de Carnegie.La fórmula fue publicada originalmente en el libro Leyes de Éxito (Laws of Success). A continuación se publicaron series, cursos de estudio y revistas tratando estas ideas. De 1933 a 1936 Hill se convirtió en asistente del presidente Franklin Roosevelt. En 1937 publicó su libro más exitoso, Piense y Hágase Rico, que sigue impreso, y a continuación publicaron más libros tratando sus formulas de éxito desde distintas perspectivas y maneras. Napoleón Hill murió en South Carolina en 1970..