“Para una empresa, la única manera de que no se la coman es fortalecer las capacidades de sus trabajadores para que sean líderes en todo lo que hacen. Desde el conserje hasta el director ejecutivo, todos deben ejercer el liderazgo y asumir la responsabilidad del éxito de la empresa”.
Tommy Flinn
Siempre he pensado desde que leí y releí el “Monge que vendió su Ferrari”, que su autor, Robin Sharma, es uno de los mejores expertos en liderazgo empresarial y personal. Su ágil pluma, así como su capacidad de realizar instructivas fábulas (él las llama fábulas espirituales) para dejar honda huella con sus personajes, como el inolvidable Julián Mantle, han conllevado a que sus libros sean material de consulta imprensidible para mi.
Esta semana terminé de
leer su libro “El líder que no tenía cargo” (Grijalbo, 2010, traducción de Sonia Tapia), una especie de compendio de su pensamiento sobre el liderazgo desarrollado en sus libros y en sus múltiples seminarios alrededor del mundo.
El libro que tienes en las manos es el resultado de casi quince años como formador de liderazgo en muchas de las empresas que aparecen en la lista Fortune 500, entre ellas Microsoft, GE, Nike, FedEx e IBM, además de
A través de sus páginas y siguiendo su costumbre de fabulador, el personaje principal de esta lección Blake Davis, con la ayuda de su mentor Tommy Flinn, aprende las enseñanzas transmitidas por cuatro sabios: Anna, camarera en un gran y lujoso hotel; Ty Boyd, ex campeón de esquí sobre nieve y que actualmente es propietario de una tienda de artículos deportivos; Jackson Chan, un jardinero quien fue un exitoso empresario y Jet Brisley, famoso masajista terapéutico de Nueva York.
Aparte de la fábula, Sharma utiliza los Acrónimos, técnica nemotécnica consistente en formar una palabra con las iniciales de otras. De esta forma podemos recordar fácilmente las lecciones de estos sabios, con el fin de volvernos unos verdaderos líderes.
Para poder dar una idea clara y fiel de este libro, y gracias a la licencia que nos otorga el autor para difundir sus ideas, dejaré que sean sus protagonistas los que cuenten sus experiencias.
-Tommy, tu que eres el mentor de Blake ¿por qué todos podemos ser líderes?
- Para alcanzar el éxito cada uno debe considerarse a sí mismo parte del equipo líder, ya que no hace falta una autoridad oficial, solo el deseo de implicarse y el compromiso e dejar una huella positiva. La madre Teresa lo expresó muy bien, si cada uno barriera la puerta de su casa, el mundo estaría más limpio.
- Es decir ¿para ser un líder no hace falta tener un cargo de importancia dentro de una empresa?
- Exacto, el liderazgo no tiene nada que ver con las ventajas materiales. El liderazgo tiene que ver con la excelencia en tu trabajo y de tu comportamiento. Se trata de realizar magníficamente tu trabajo en el puesto en que te encuentres. Se trata de estimular a cada una de las personas con las que trabajas y las que atiendes- LIDER SIN CARGO es un secreto profundamente fundamental y sin embargo olvidado, no hace falta tener un cargo para ser líder.
- Blake, ¿Cuáles son las enseñanzas principales que te han dado los cuatro sabios?
- En primer lugar quiero darte las gracias por darnos esta oportunidad. En segundo lugar las enseñanzas se pueden resumir en cuatro principios.
- ¿Uno por cada sabio?
- Si, uno por cada sabio. 1) No hace falta tener un cargo para ser un líder; 2) Las épocas turbulentas crean grandes líderes; 3) Cuanto más profunda sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo y 4 )para ser un líder, primero hay que ser una gran persona.
- Muy interesante, Anna, según entiendo cada uno de los cuatro sabios utiliza un acrónimo para recordar las veinte reglas que le enseñaron a Blake para ser un líder sin cargo.
- Si por ejemplo, el acrónimo IMAGE, Imagen en ingles, donde
- Anna, perdona que te interrumpa, pero ¡Cuánto es el tiempo que debo dedicar para convertirme en un verdadero maestro-
- Varios estudios han confirmado que para alcanzar la maestría hace falta invertir unas diez mil horas.
- Según he leído en otras partes, eso equivale a diez años de entrenamiento.
- Si, yo la llamo la regla de los diez años. Continuando con el acrónimo,
- Estoy totalmente de acuerdo contigo, hay que retomar un conjunto de valores y principios familiares. ¿Tu que opinas Ty?
- Lo puedo resumir en una frase: Puede que no sea rico, pero mi vida es fantástica.
- Y, cual es tu Acrónimo?
- SPARK, es decir, CHISPA en ingles.
- Ty, disculpa, pero mucha gente se escuda en la sinceridad para ofender y se groseros con los demás.
- Una cosa es ser sincero y otra ser grosero. Solemos olvidarnos que las palabras tienen mucho poder. Hablamos con dureza y herimos a los que nos rodean. Escribimos palabras hirientes e insultantes. Sin embargo, la actitud de los mejores líderes es muy diferente. En toda comunicación recuerdan a su interlocutor sus virtudes. Inspiran a los demás para que sean mejores. Los buenos líderes utilizan palabras positivas palabras de apoyo y de aliento que animan a los demás a actuar.
- Excelente lección, espero no olvidarlo, pero continuemos con el acrónimo.
-
- Faltan dos acrónimos. Blake ¡Cual es tu opinión de lo enseñado por Anna y Ty Boyd?.
- Bueno, cuando nos dirigíamos para hablar con el tercer sabio, reflexionaba con Tommy sobre el principio que Anna tan generosamente me había enseñado: no hace falta un cargo para ser líder, y revisamos las cinco reglas del acrónimo IMAGE con las que podía lograr que todo lo que aprendiera se tradujera en fantásticos resultados. Luego analizamos a fondo el principio de que las épocas turbulentas crean grandes líderes que el inolvidable dios del esquí Ty Boyd me había revelado y afirmado el poder de SPARK. Estaba claro que todo el mundo podía utilizar las cinco prácticas de ese acrónimo para brillar con luz propia en un mundo en el que impera demasiada oscuridad.
- Sr. Chan, continuando con las enseñanzas transmitidas por ustedes a Blake, ¿Cuál es el tercer acrónimo?
- El tercero es SERVE, es decir “servir”.
- Finalmente, Sr. Jet Brisley, llegamos al cuarto principio con su respectivo acrónimo.
- Correcto” Para ser un gran líder, primero hay que ser una gran persona”. Y el acrónimo es SHINE, es decir “brillar”. Hace falta sangre, sudor y lágrima para alcanzar tus sueños, esperanza y alegrías.
- Disculpe, pero muchas personas, lo que quieren es una especie de recetario para alcanzar el éxito o ser feliz.
- Disculpen que me meta.
- No te preocupe Tommy,
- Solo el trabajo y la práctica constante permite que te sientas realizado, feliz en tu vida y que tu labor sea de primera clase. Esto me recuerda lo que dijo John F. Kennedy: “La felicidad consiste en el pleno uso de tus capacidades a su máximo nivel”.
- Estoy totalmente de acuerdo. Por lo tanto, dedícate a ponerte fuerte por dentro que desde afuera se vea que estás a prueba de fallos. Trabaja con verdadero ahínco en ti mismo para que el tesoro oculto en tu interior comience a revelarse al mundo que te rodea. Empieza por eliminar tus creencias negativas y tus falsos supuestos sobre la clase de líder en que te puedes convertir y los logros que puedes alcanzar. Toma plena conciencia de ti mismo, alcanza una profunda relación con tu potencial dormido, tus mayores ambiciones y tus metas más elevadas. Realiza el trabajo interior necesario para fortalecer tu carácter, purificar tus intenciones y magnificar tus actos. Entrénate con ganas para mantenerte en forma, de manera que cada día se sientan llenos de energía y vitalidad.
- ¿No es muy complicado conseguir todo eso?
- Nadie ha dicho que sea fácil. Como todo, hay que crear el hábito, levántense todos los días una hora más temprano de lo habitual y trabajen en uno de los 7 fundamentos del liderazgo personal: 1) Aprendizaje: 2) Afirmaciones; 3) Visualización; 4) diario personal; 5) Fijación de objetivos, 6) Ejercicio y 7) Nutrición.
- Lamentablemente no podemos profundizar en estos fundamentos, pero tenemos el libro donde usted lo aclara con detalle.
- Correcto.
.- Continuemos Con el acrónico.
-
. Así culminamos este paseo a lo largo del libro “El líder que no tenía cargo”, Le doy las gracias a todos por la paciencia para leer esta reseña,
NGP
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